La Comisión Europea ha amenazado con multar a las empresas Merck y Sigma-Aldrich por un lado, y a General Electric por suministrar información engañosa cuando notificaron sus planes de fusión con hasta el 1% de su volumen de negocio y también ha extendido su amenaza de multa a Canon, en este caso con hasta el 10% de su volumen de negocio, por adquirir la filial médica de Toshiba antes de recibir el visto bueno a la fusión.

La comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, ha justificado las declaraciones de objetivos que ha remitido el Ejecutivo comunitario a las tres compañías porque necesita contar con su información "correcta y completa" para poder tomar decisiones correctas sobre las fusiones, aunque en rueda de prensa ha explicado que en ninguno de los tres casos el Ejecutivo comunitario dará marcha atrás en la autorización de las fusiones.

El Ejecutivo comunitario ha acusado a Merck KGaA y a Sigma-Aldrich de suministrar información "incorrecta o engañosa" en el plan que le notificaron en abril de 2015 para autorizar la compra por parte de Merck de Sigma-Aldrich al omitir "información importante" sobre un proyecto innovador "con relevancia para ciertos laboratorios químicos", que "debería haber sido incluido en el paquete de remedios".

Bruselas ha amenazado con imponer a Merck KGaA y a Sigma-Aldrich una multa de hasta el 1% de su volumen de negocios anual si concluye finalmente que han engañado o dado información incorrecta de forma intencionada.

La Comisión aduce que aunque Merck ya entregó la licencia de la tecnología a Honeywell, la empresa que adquirió la parte del negocio que le obligó a desprenderse para autorizar la fusión ello solo ha ocurrido "casi un año después" y sólo porque una tercera parte lo denunció a la Comisión.

También ha amenazado con multar a la empresa General Electric con hasta el 1% de su volumen de negocios si concluye igualmente que le suministró información "incorrecta o engañosa" para autorizar su adquisición de LM Wind en el primer plan que le notificó en febrero al omitir información sobre un proyecto futuro relevante en el mercado de las turbinas eólicas, que habría tenido "consecuencias" para evaluar su proyecto de fusión pero también para la autorización de la compra de Gamesa por parte de Siemens.

Y ello a pesar de admitir que la empresa estadounidense remitió la información en un segundo plan once días después, lo que permitió al Ejecutivo comunitario autorizar la fusión en marzo y la compra de Gamesa por parte de Siemens el 13 de marzo sin pedir "compromisos" en ambos casos.

La Comisión Europea también ha amenazado con imponer a Canon una multa de hasta el 10% de su volumen de negocio si concluye que adquirió la filial médica de Toshiba antes de notificar a la Comisión su proyecto de concentración y antes de recibir el visto bueno a la operación en septiembre de 2016.

Bruselas cuestiona el proceso de compra en dos fases. En un primer momento, el comprador interino adquirió el 95% del capital de Toshiba por 800 euros y Canon pagó 5.280 millones de euros por una opción en el 5% de las opciones restantes y en una segunda fase, tras su visto bueno a la fusión, Canon adquirió el 100% de las acciones.