Más de 100 parámetros garantizan la calidad del Plasma de Quinton

08/1/2018
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Más de 100 parámetros garantizan la calidad del Plasma de Quinton
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Laboratorios  

El proceso garantiza la ausencia de contaminantes como metales pesados, derivados del petróleo, pesticidas, radiactividad y agentes patógenos.

La materia prima se somete a analíticas constantes y sucesivas que aseguran la calidad e idoneidad de la materia prima empleada de acuerdo con los protocolos y recomendaciones de organismos como la EFSA (European Food Safety Authority) y la AECOSAN (Agencia Española de Consumo y Seguridad Alimentaria), además de los propios del laboratorio.

Laboratorios Quinton analiza y verifica más de 100 parámetros –físicos, físico-químicos y biológicos- en el proceso de producción y envasado del Plasma de Quinton para garantizar la máxima calidad de sus productos y la seguridad en su consumo y aplicación. El proceso se inicia con la extracción del agua de mar en el Vortex del Golfo de Vizcaya y su almacenamiento y transporte en unos recipientes especiales a baja temperatura, continua en su recepción en los laboratorios de Alicante y culmina con las diferentes pruebas y tests que se realizan a lo largo de los diferentes procesos de microfiltrado en frío y envasado.

El objetivo es asegurar la composición, en las proporciones adecuadas, de las sales, minerales y otros elementos que le confieren sus propiedades beneficiosas para la salud” afirma Paula LLopis responsable de Control de Calidad. Muchos de estos parámetros fueron definidos a lo largo de los años por el propio René Quinton, creador del Plasma de Quinton, y otros se han ido incorporando en el tiempo de acuerdo con las diferentes normativas y principios de Normas de Correcta Fabricación (GMPs) “El objetivo es mantener esa identidad iónica entre el líquido extracelular del organismo humano y el Plasma de Quinton y asegurar la biodisponibilidad inmediata de sus elementos”.

Del protocolo original a la farmacopea más actual
René Quinton realizaba una filtración en frío para conseguir la máxima pureza del producto utilizando filtros cerámicos que, a finales del siglo XIX, era la forma más adecuada de filtrar. Desde entonces el proceso se ha normalizado en base a las tecnologías más avanzadas, las legislaciones más exigentes, la total trazabilidad del producto y su elaboración en sala blanca. El control se inicia en alta mar, en el momento de la extracción y antes del almacenado del agua de mar en unos tanques especiales, herméticos y refrigerados. Desde su llegada al laboratorio, la materia prima se somete a analíticas constantes y sucesivas que aseguran la calidad e idoneidad de la materia prima empleada de acuerdo con los protocolos y recomendaciones de organismos como la EFSA (European Food Safety Authority) y la AECOSAN (Agencia Española de Consumo y Seguridad Alimentaria), además de los propios del laboratorio.

El proceso garantiza la ausencia de contaminantes como metales pesados, derivados del petróleo, pesticidas, radiactividad y agentes patógenos. Además de los controles analíticos, se presta una especial atención a los materiales que van a entrar en contacto con el agua de mar. Ampollas de vidrio, sprays y demás componentes son seleccionados con criterios que cumplan con los requisitos de calidad exigidos por diferentes normativas internacionales para garantizar la seguridad del usuario. Otro tanto ocurre con los diferentes  procesos que intervienen en la producción y envasado y los controles de calidad posteriores, que están acreditados tanto por las Autoridades Sanitarias como por organismos de certificación independientes.


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