Leti presenta LetiSR Crema Anti-Rojeces, especialmente indicada para el cuidado de la piel sensible

19/7/2018
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Leti presenta LetiSR Crema Anti-Rojeces, especialmente indicada para el cuidado de la piel sensible
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Dermatología  

Laboratorios Leti, especializado en el cuidado de la piel de toda la familia, acaba de presentar su nuevo LetiSR Crema Anti-Rojeces, una fórmula específica para el cuidado de la piel sensible con rojeces (eritrosis, cuperosis y/o rosácea grado I).

Este nuevo producto de la gama LetiSR contiene activos que proporcionan una doble protección microvascular, ya que además de proteger la pared de los microcapilares, también refuerza su estructura de soporte, logrando el comúnmente conocido como ‘efecto anti-edad’.

Testado dermatológicamente y de muy buena tolerancia, LetiSR Crema Anti-Rojeces cuenta con un factor de protección solar medio (SPF20) y UVA, que protege frente a la radiación diaria. Además, su fórmula no contiene PEG ni parabenos y no es comedogénico.

LetiSR Crema Anti-Rojeces se aplica sobre la piel limpia de cara y cuello con un ligero masaje, siendo aconsejable completar el tratamiento con el resto de productos de la gama LetiSR para una óptima eficacia. Entre los productos que forman parte de esta gama se encuentran LETISR ProbioClean H2O agua micelar, para la limpieza diaria de la piel sensible con rojeces (en dos formatos de 200 y 500ml); LETISR Serum anti-rojeces, una fórmula concentrada con efecto reparador intensivo que calma la sensación de calor, aportando un efecto de frescor inmediato; y LETISR cápsulas, un complemento alimenticio en formato cápsulas.

La gama LetiSR está especialmente formulada para reducir la rojez (eritema), mejorando las sensaciones negativas asociadas a la piel sensible con rojeces. La combinación de los productos LetiSR es clave para el cuidado de la rojez facial (eritema facial debido a eritrosis, cuperosis y/o Rosácea Subtipo 1).

La piel sensible con rojeces es la que reacciona de forma excesiva, percibiendo sensaciones desagradables (tirantez, ardor, hormigueo, picor), frente a estímulos que habitualmente no provocan esta reacción; por ejemplo, alimentos especiados, bebidas calientes, exposición al sol, bebidas alcohólicas, tabaco, cambios bruscos de temperatura, situaciones de estrés o emocionables y cambios hormonales, entre otros.

La exposición de forma repetida a estos factores desencadenantes provoca una vasodilatación de los capilares cutáneos faciales, la rojez (la ruborización) transitoria, que se puede definir como una sensación de calor acompañada del enrojecimiento visible de la piel.

Con el tiempo, la rojez (o eritrosis) se vuelve persistente, al permanecer los capilares en estado de vasodilatación permanente. Sin un tratamiento adecuado, la condición puede evolucionar a estadios más severos, cómo son la rosácea subtipo 1 (eritematotelangiectásica) o subtipo 2 (papulopustular).

Las sensaciones desagradables de ardor o picor en el rostro pueden tener un gran impacto en el bienestar de las personas con piel sensible con rojeces. Además, la rojez tiene un efecto visible que, según su grado, puede afectar en el normal desarrollo de la vida social o laboral.

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