El uso de animales para investigación científica ha caído un 42% desde 2009

14/11/2018
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El uso de animales para investigación científica ha caído un 42% desde 2009
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El año pasado se utilizaron en España 803.000 animales para la investigación científica y la docencia, el 12,5 por ciento menos que hace un año y casi la mitad (42,7 %) que en 2009, cuando el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente empezó a publicar estos datos.

Según los datos del Gobierno, en 2016 se usaron 917.986 animales, mientras que en 2009, rozaron el millón y medio (1.403.290).

El informe de 2017 especifica que los datos se refieren al uso de los animales en laboratorios, incluidos los cefalópodos, los fetos de mamíferos en el último tercio de gestación, los animales alterados genéticamente, y su cría.

Según los datos del Gobierno, el año pasado, los investigadores usaron animales en 803.000, de los cuales, 792.724 fueron utilizados por primera vez y 10.252 fueron reutilizados.

Más de la mitad de los animales usados en la experimentación durante el año pasado fueron ratones (el 65 %), seguidos de las aves de corral (10,22%), peces cebra (5,11 %) y otros peces (5,56 %).

El informe especifica que el número de usos de animales con fines científicos ha disminuido en todas las especies, salvo en ratas, carnívoros, cabras y vacuno, reptiles y "otros anfibios".

En el caso de las ratas, el aumento se debe al aumento de su uso en investigación aplicada, principalmente sobre el sistema gastrointestinal, el nervioso y los órganos de los sentidos.

Los carnívoros, cuyo uso ha aumentado casi el 45% con respecto a 2016, han sido utilizados en el diagnóstico de enfermedades, cinética y controles de eficacia, mientras que las especies ganaderas (cabras y vacuno) se han utilizado para el estudio de las enfermedades de estos animales, y los reptiles, como en años anteriores, se han empleado en biología y etiología.

Por otra parte, de los 803.000 animales usados el año pasado, 512.736 no fueron alterados genéticamente, y 290.000 habían sido alterados genéticamente con o sin fenotipos patológicos.

En cuanto a la finalidad de los usos, el 41 % de los animales (329.500) se dedicaron a la investigación básica, que pretende conocer la estructura y el funcionamiento de los organismos vivos, y el 35 % (281.800 animales) a la investigación aplicada, que incluye el desarrollo y fabricación de productos farmacéuticos, alimentos, piensos, así como pruebas de calidad y seguridad.

Los datos constatan el creciente trasvase de animales desde la investigación básica hacia la aplicada, ya que la básica empleó a la mitad de los animales en 2015 y apenas el 40 % dos años después, mientras que las ciencias aplicadas usaron el 26 % de los animales en 2015 y el 35 % en 2017.

Dentro de la investigación básica, la mayor parte de los estudios se centraron en el sistema nervioso (24 %), seguidos de los trabajos sobre etiología, comportamiento animal o biología animal (22 %).

Por su parte, en las ciencias aplicadas, el 41 % de los animales se dedicaron a la investigación sobre el cáncer, el 28 % en enfermedades animales, y el 8 % a trastornos nerviosos y mentales humanos.

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